Si las comes adelgazas, además nos curan y embellecen
Se las conoce como las verduras del mar por su alto contenido en sales minerales y oligoelementos. Su consumo se ha revalorizado en los últimos años en Occidente por sus múltiples propiedades y por la influencia de las dietas macrobióticas. En Japón, Australia y Alemania se las considera un ingrediente estrella y básico en la dieta. ¿De qué hablamos? Exacto, ¡las algas!
Hay más de 24.000 especies, de las cuales sólo un reducido número se utilizan en la cocina o con fines medicinales. Ahora, un grupo de investigadores del Reino Unido ha encontrado evidencias de compuestos químicos, presentes en un alga, que podrían utilizarse como protector solar.
El alga en cuestión crece en aguas poco profundas, sobre la gran barrera de coral de Australia, y produce un compuesto conocido por su capacidad para proteger tanto a la planta como a los corales de los rayos ultravioletas.
Los científicos también descubrieron que los peces que comen corales también logran protección. Los experimentos en la piel de los humanos podrían iniciarse en el trascurso de dos años.
Múltiples aplicaciones
Son ricas en yodo, hierro (100 gramos de algas nos dan dos veces más hierro que cien gramos de lentejas) cobalto, magnesio, calcio, fósforo y potasio. Contienen oligoelementos como el cinc, necesario para la correcta secreción y asimilación de la insulina, el hierro y el cobalto, encargados de evitar la anemia, o el silicio y el calcio, imprescindibles para fortificar los huesos, uñas, piel y cabello.
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También nos protegen contra los parásitos intestinales. Se aconsejan en el tratamiento de la gastritis, la úlcera, colitis y estreñimiento; y son diuréticas y descongestivas. Por otro lado se ha demostrado su eficacia en casos de reumatismos, arteriosclerosis y problemas circulatorios.
Cómo prepararlas
En el caso de que contengan arena o demasiada sal, deben lavarse con agua fría. Todos los tipos de algas que se compran 'en seco' necesitan estar en remojo,20 minutos como mínimo. El remojo hace aumentar hasta 7 veces su volumen en seco.
Una vez remojadas, las algas verdes pueden ser cortadas en tiras en el sentido de su crecimiento. Las algas negras se pueden picar, deshacer en seco o cocinar enteras. Las agar-agar se cortan indistintamente antes o después del remojo.
El alga kombu necesita un mínimo de 45 minutos de remojo y 30 minutos de cocción. Se aconseja aprovechar el caldo para cocinar legumbres y elaborar sopas y salsas.
Las hijiki se consumen preferiblemente en invierno. Su sabor es muy fuerte, por lo que se utilizan en pequeñas cantidades. Se preparan guisadas, en sopas, etc.
El alga wakame se prepara en sopas. Tarda unos 15 minutos en completar su remojo y de 5 a 15 en cocinarse, pero también se puede comer cruda en ensaladas.
El alga nori no necesita tiempo de remojo pues se suele consumir tostada. Para tostarla se utiliza la sartén o se aplica directamente sobre la llama, hasta que adquiere un tono entre verde y dorado. Se corta con tijera o se espolvorea, triturándola con las manos, sobre cereales o sopas. Es rica en fósforo y tiene un cierto sabor a sardina.
El kanten se utiliza fundamentalmente en flanes, cremas, salsas frías, ensaladas, para espesar sopas o potajes y como base de gelatinas de frutas.
Fuentes: BBC Mundo, www.alimentacion-sana.org
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